Basado en la
obra de Ramón Rosal, “¿Qué nos humaniza? ¿Qué nos deshumaniza?”
Ya en el siglo
IV a.C., Aristóteles escribió: “se piensa que la felicidad requiere ocio, pues
trabajamos para tener ocio y hacemos la guerra para tener paz”.
La palabra
latina “negotium” significa no-ocio. Contrapone la actividad laboral al ocio.
En nuestros
días, la expresión “estar ocioso” tiene un sentido peyorativo, pues hay en
nuestra sociedad una sobre-valoración de la actividad utilitaria.
Podemos definir
el ocio como el tiempo en que el hombre se concentra, de forma serena y
reconfortante, en el desarrollo de sus capacidades humanizadoras o liberadoras,
es decir, en la educación de su personalidad. Es el tiempo destinado a
contemplar, a admirarse, a pensar, a amar, a crear, a tratar de ser uno mismo,
a cultivar relaciones interpersonales profundas y felices, a construir
comunidad humana.
Distinción
entre tiempo libre, descanso y ocio
Tiempo libre es
aquél en que nos hallamos libres de los quehaceres profesionales y los
negocios. Descanso es el tiempo que dedicamos a la regeneración
fisiológico-psíquica, principalmente por medio del sueño. Y ocio, el tiempo en
que, de acuerdo con la exigencia humana del hombre, predomina la sensibilidad
artística de la existencia. Se trataría pues, de llenar nuestro tiempo libre
con actividades de ocio, además de las obligaciones auxiliares de la vida
cotidiana.
En el Congreso
de los Sindicatos Nacionales en 1866 (EEUU) se habló por primera vez de
trabajar ocho horas, dormir ocho horas, y tener ocho horas para lo que
queramos.
Tenemos tres
espacios de tiempo libre disponible: las vacaciones, los festivos y fines de
semana y el tiempo libre de los días laborales, mucho más escaso y complicado.
Sin embargo, no se trata sólo de tener “el tiempo libre”, se trata de tener la
actitud personal necesaria para convertir parte de ese tiempo en ocio creador.
Hay muchas personas, que no saben con qué llenar su tiempo libre, que se llenan
de obligaciones laborales, o simplemente se aburren, por falta de motivación u
organización hacia el ocio creador.
Actividades
para el ocio
Aristóteles
escribió: “Esta es la cuestión capital: con qué acción llenar el ocio”. Algunas
de las formas de dedicación al ocio, entendido como humanizador, serían:
- Conocernos
más a nosotros mismos.
- Conocer y
amar con más profundidad a otras personas.
- Conocer y
relacionarse con la naturaleza.
- Conocer y
relacionarnos con lo que nos trasciende, lo absoluto o lo divino.
- Dejar actuar
al niño que llevamos dentro.
- Ejercitar la
creatividad a través de producciones artísticas o artesanales, la escritura,
etc.
- Celebrar,
conmemorar, vivir lo festivo.
Telf.:
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