Freud vivió 83
años, en los que estuvo activo, dedicado al trabajo con sus pacientes, la
investigación y la publicación de numerosos libros. También viajó mucho, dando
conferencias por diferentes lugares del mundo.
Su origen
judío, aunque se declaraba no creyente, le obligó a marcharse de una Austria
dominada por los nazis. Pasó sus últimos años en Londres, donde murió en 1939.
Padeció durante años un cáncer en la mandíbula, que le obligaba a tomar morfina
y a dar sus conferencias con media cara tapada, debido a las operaciones y
malformaciones que se le fueron desarrollando. De acuerdo con su teoría del
inconsciente, se dice que desarrolló un cáncer de mandíbula como auto-castigo
por su controvertida teoría sobre la sexualidad infantil...
Otra de las
teorías desarrollada por Freud fue la de la personalidad, que según él se
divide en tres partes: Ello, Yo
y Súper-yo. El Ello sería algo así como la parte instintiva,
las emociones, los impulsos que nos mueven. El Yo, sería nuestra parte más
consciente, aquella en la que nos reconocemos a nosotros mismos. El Súper-yo
sería un ideal de nosotros mismos, que pretendemos alcanzar, aquello a lo que
aspiramos.
Freud publicó
algunos de sus casos, el más famoso de los cuales es el caso Ana O., una
chica con una parálisis en las piernas, que también tuvo episodios de sordera,
ceguera y pérdida del habla. Diagnosticada y tratada por histeria por el
psiquiatra Joseph Breuer, el caso pasó a Freud, quien la trató y recuperó con
hipnosis y otras técnicas.
En su madurez,
Freud publicó varias obras de corte más filosófico, como Moisés y la
religión Monoteísta, donde ofrece sus opiniones y conclusiones
acerca de lo que entiende como los verdaderos orígenes y destino de Moisés y su
relación con el pueblo judío, El porvenir de una ilusión propone
varios argumentos que sustentan sus ideas acerca de la relación entre las
representaciones religiosas y la cultura. Además, se intenta explicar el
sentido psicológico de tales relaciones. En
El malestar en la cultura Freud hace una crítica social sobre el irremediable antagonismo que existe entre las
pulsiones que mueven al hombre y las restricciones impuestas por la cultura. Es
decir, mientras la cultura intenta instaurar unidades sociales cada vez
mayores, restringe a su vez el despliegue y la satisfacción de las pulsiones
sexuales y agresivas, transformando una parte de la pulsión agresiva en
sentimiento de culpa. Por eso, la cultura genera insatisfacción y sufrimiento. Cuanto
más se desarrolla la cultura, más crece el malestar.
En Tótem
y Tabú, habla de la antropología ligada al psicoanálisis, de
cómo hay una conexión entre todas las culturas, desde las más primitivas a las
actuales: en todas las culturas existen los tótems (figuras idolatradas en una
u otra forma, que representan el Dios o padre cultural) y el tabú del incesto.
También publicó
Psicología de masas y análisis del yo,
en que hace un análisis de cómo funciona la psicología de masas, y el porqué
del éxito del fascismo.
El legado de
Sigmund Freud ha llegado hasta nuestros días como una de las más importantes
aportaciones a la psicología, tanto de su teoría como las de sus numerosos
discípulos: Jung, Adler, Otto Rank, y su propia hija Ana Freud, entre otros
muchos.
No hay comentarios :
Publicar un comentario