Antes de entrar
a definir los diferentes tipos de personalidad existentes, debemos explicar los
estilos de actuación que determinan estas personalidades.
Por un lado, hay
que tener en cuenta el concepto de refuerzo: para actuar, para dirigirnos hacia
un objetivo, necesitamos una estimulación, un refuerzo. Este refuerzo se puede
buscar de manera activa o bien pasiva.
Los individuos
que buscan el refuerzo de forma activa, serán personas con tendencia a la
acción. Tienen una conducta alerta, vigilante, persistente, ambiciosa y
dirigida hacia su objetivo. Están firmemente comprometidas en asegurar lo que
quieren. Planifican estrategias, buscan alternativas, manipulan los
acontecimientos y sortean los obstáculos. Son enérgicos, emprendedores, y
muestran una necesidad de controlar su entorno ambiental.
Los individuos
pasivos son reactivos. Inician pocas estrategias. Esperan que su entorno les
provea de refuerzos. Tienden a la inercia y a la adaptación. Las experiencias
pasadas les han privado de la oportunidad de adquirir seguridad en ellos
mismos, confianza en su habilidad para dominar los acontecimientos de su
entorno. Muchas veces piensan que podrán obtener las cosas con poco esfuerzo
por su parte. Esperan que el entorno actúe por ellos, y entonces elegirán cómo
reaccionar.
La forma de
buscar el refuerzo da lugar a 4 estilos básicos de personalidad:
Independiente: busca los
refuerzos en sí mismo, confía en él mismo.
Dependiente: busca refuerzo
en los demás. La atención, el afecto, el apoyo interpersonal son muy
importantes para él.
Ambivalente: no acaba de
decidir dónde buscar el refuerzo. Unas veces se mostrará dependiente y
conformado y otras independiente, autónomo, incluso agresivo. Son personas
llenas de disonancias y dudas. También pueden desarrollar un control rígido
para auto-protegerse y padecer sentimientos de culpa, auto-desaprobación y
pesimismo.
Aislado: son personas
que no buscan refuerzo. Ni en los demás ni en sí mismas. Hay una pérdida de
interés del individuo en conseguir el placer o evitar el castigo. Son personas
que se relacionan muy poco con los demás.
Teniendo en
cuenta dónde la persona busca el refuerzo (independiente, dependiente,
ambivalente o desvinculado) y cómo lo busca (activo o pasivo) tendremos 8
estilos de personalidad:
Independiente +
Activo: personalidad que va de enérgica a violenta. Aventurero y arriesgado.
Independiente +
Pasivo: personalidad segura. Poco empático, imaginativo y sereno.
Dependiente +
Activo: personalidad sociable. Animado, abierto y puede ser superficial y
dramático.
Dependiente +
Pasivo: cooperador, complaciente, abierto y dócil.
Ambivalente +
Activo: Impredecible, divergente, pesimista.
Ambivalente +
Pasivo: Respetuoso, organizado, cortés, y afectividad que puede ser reprimida.
Aislado +
Activo: Inhibido, alerta, tímido, preocupado e inquieto. Solitario.
Aislado +
Pasivo: Introvertido, pasivo, modesto, inactivo.
Conviene
recordar que no hay estilos “puros” de personalidad. Todos estamos formados por
múltiples estímulos y experiencias, y podemos ser “personas diferentes”
dependiendo de cada situación.
En próximos
artículos iré ampliando cada uno de los estilos de personalidad.
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